Mentiras, mentiras por doquier...
-La pepita de oro – me anuncian los de un casino, apelando a mi codicia para, en realidad, alimentar la suya... ¡Qué sucio, que vil, qué rastrero! ¡Qué indigno del ser humano...!
Mentiras por todos lados... ¡Menudo mundo hemos construido!
¿Qué sucio veneno invade el corazón del mentiroso?
¿Qué inmoral deseo cubre de ponzoña la vida del mercader?
Tanto se ha ensuciado el dinero que nunca más podrá estar limpio del todo.
Una sombra que crece y sumerge todo en tinieblas...
¡Terreno conquistado por el demonio!
La noche inabarcable, sin luna, ni estrellas, ni el menor brillo de la menor luz, esa es la sustancia que compone la mentira.
¡Qué angustia, qué pena, qué tristeza ver al hermano sumido en el deseo del dinero, vendido a la mentira...!
¿Cuántas veces ha de engañarse un hombre antes de tratar de engañar a los demás?
¿Cómo se puede sacar la billetera, sabiendo que ahí se encuentra el botín de la mentira?
¿Acaso se perdió toda dignidad, todo deseo de hombría, hombría real, con el primer engaño? ¿Será por eso que, acomplejado por su falta de hombría, se hace el macho y maltrata a la mujer?
Veneno, cáncer, virus contagioso... ¿cómo definir la mentira, sin hacerla perder un ápice de iniquidad?
No hay peor violencia....
No hay peor crimen...
No hay peor maldad.
No hay mejor alimento para Satanás...
Nada mejor para él... ¡Nada!
Nada más que la mentira.
No se puede engañar a la esposa sin mentir.
No se puede estafar al incauto sin mentir.
No se puede cerrar el paso al inmigrante...
No se pueden alzar fronteras...
¡No existe una sola frontera que no hunda sus cimientos en las más sucias mentiras!
¡No hay una sola bandera cosida con el hilo de la honradez!
Banderas y fronteras son y serán siempre vástagos de la mentira.
No se pueden formar ejércitos...
Se justifican los ejércitos diciendo que son defensivos... Si todos son defensivos, ¿cómo se forman las guerras?
Mentira: cuna y alimento del mal...
No se puede empezar una guerra sin mentiras.
No habría prostitución sin mentiras...
¡Porque es mentira que el cuerpo de una mujer pueda ser alquilado, usado y dejado para el próximo cliente! La prostitución: la gran mentira del machismo y el feminismo, porque ambos son la misma mentira, porque ambos se alimentan de la esclavitud sexual.
Pero el orgullo, amigo inseparable de la mentira, nos cubre los ojos con el velo del autoengaño y nos abre el camino a la deshonestidad... ¡la desfachatez!
¡No es humilde el que se deja abofetear, sino el que ama la Verdad!
Dejarse abofetear es fácil.
¡Hay quien lo hace en la tele, por cuatro duros!
Lo difícil es ser humillado por amar la Verdad.
Aunque a veces, en momentos de lucidez, lo dudo...
A veces imagino un mundo sin mentiras...
¡Y todo es tan fácil en ese mundo!
¡Todo es tan hermoso en ese mundo!
¡Todos son tan felices en ese mundo!
Una vez nació un hombre honrado... y a su nacer lo llamamos Navidad.
Pero hemos prostituido la Navidad con las mentiras del mercado... Y tanto mentimos, que siendo imposible ocultar la montaña de mentiras, siempre culpamos a otros de ella. Y seguimos comprando regalos y décimos de lotería, y cenando con los jefes del trabajo, a los que, en realidad, no soportamos... y todo sostenido por la sangre del africano o la esclavitud del asiático...
¿Cuándo aprehenderá el hombre a no mentir?
¡Oh, poesía desnuda, no esperes halagos, no esperes comprensión...!
¡Oh, poesía honrada, no esperes el éxito o la fama!
¡Oh, poesía desnuda....! Tanto, tanto tiempo te estuve buscando... y eres tan hermosa... ¡Tan hermosa! Demasiado hermosa para un mundo acostumbrado a los frutos de la mentira....
Pero tú, ¡poesía desnuda!, vivirás más que el mundo...
Si te sigo dando a luz irán con el látigo a por mí y con la hoguera para ti....
Y dirán no entenderte de tanto que comprenderán estas palabras, palabras que detestan comprender...
Pero tú, ¡poesía desnuda!, has de decirle al mundo que el hombre puede ser honrado.
¡Sí que puede! Sólo tiene que querer...
Y querer, en castellano, es sinónimo de amar.
domingo, 27 de diciembre de 2009
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