¿Dónde queda la poesía desnuda?
Sin quiebros, sin imagen... sin afanosos juegos de palabras.
¿Por qué esconden los poetas sus vergüenzas...?
¿Y sus miedos y esperanzas, sus perdones, sus venganzas...?
¿Dónde está la poesía pura?
¿Dónde, madre?
¿Dónde, hermana?
¿Dónde, amada?
¿Dónde, mujer, dónde?
Tú que sabes más que yo...
Tú que cantas poemas con la mirada...
¿Lo sabes tú? Por favor, dime, ¿lo sabes tú?
¿Por qué no leo gritos de dolor, ni cantos de esperanza?
¿Por qué no lloro con los poemas?
¿Por qué no se me encoge el corazón?
¿Por qué no se me quiebra el alma?
¡Dónde está la poesía hoy!
¿Por qué no clama justicia, desesperada?
¿Acaso ya no hay niños yunteros por quien gritar?
¿Acaso ya no hay guerras, tanques y bombas que eliminar?
¿Acaso no derraman sangre las heridas de nuestros hermanos?
¿Acaso ya no hay pateras, hambrientos, o personas sin techo?
¿Acaso...? ¿Acaso ya no hacemos camino al andar?
Quizás... quizás os importen más las palabras...
Quizás... quizás las imágenes, las rimas, las metáforas... os sepan mejor que el valor, el amor, el dolor, la salud y la muerte...
Pero ¿qué es la poesía si no duele?
¿Qué es si no te enferma?
¿Qué si no te mata al escribir cada palabra?
¿Por qué hablan los poetas con la boca chica?
¿Acaso dejaron los hombres de amar?
Mil juegos, mil palabras, mil quiebros, mil hazañas...
¡Oh, qué belleza a la vista la de esos poemas! ¡Qué belleza, sí! Sí, pero...
Son los poemas de hoy vacuos jarrones de porcelana, que sólo unos pocos comprenden, que son frágiles, que se rompen al buscar más allá de las palabras... que se despedazan cuando se leen con el alma...
Mil juegos, mil palabras, mil quiebros, mil hazañas... todo para la vista, todo de porcelana.
¿Y para qué?
¿Y para quién?
¿Dónde queda la poesía desnuda?
Dime dónde princesa, reina de mis entrañas... ¡Oh, si tú lo supieras!
Tú que cantas poemas con la mirada...
Tú que sabes más que yo...
¿Dónde, mujer...?
¿Dónde?
viernes, 31 de julio de 2009
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